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¿Qué propiedades tiene la fabada?
La fabada es uno de los platos más típicos y populares de la gastronomía asturiana y española en general. Se trata de un guiso a base de judías blancas, chorizo, morcilla y panceta que, aunque no es precisamente bajo en calorías ni en grasas, cuenta con propiedades nutricionales interesantes.
1. Alto contenido en fibra
La fibra es esencial para nuestro organismo ya que contribuye a regular la absorción de nutrientes y azúcares en el cuerpo. La fabada, gracias a las judías blancas, es una excelente fuente de fibra. El consumo de fibra se relaciona con una mayor sensación de saciedad, lo que puede ayudar a controlar el apetito y mantener el peso saludable.
2. Rica en proteínas
Las judías blancas y las carnes que se utilizan en la elaboración de la fabada son una buena fuente de proteínas. Estas son esenciales para la recuperación muscular después de hacer ejercicio y para mantener una salud óptima en general.
3. Rica en hierro
El hierro es un mineral que desempeña un papel crucial en nuestro organismo. Su déficit puede causar anemia, fatiga y otros problemas de salud. La fabada es una buena fuente de hierro, especialmente la morcilla y la panceta.
3.1. Atención diabéticos
Hay que tener en cuenta que, aunque es cierto que la fabada está recomendada para personas con diabetes que necesitan alimentos de absorción lenta, también es verdad que la morcilla y el chorizo, que son ingrediente básicos de la fabada, tienen grasas saturadas que no son adecuadas para personas con un alto riesgo de enfermedad cardiovascular y obesidad. Por lo tanto, si eres diabético, es importante que consultes con tu especialista nutricionista.
4. Rica en vitaminas B
La fabada también es rica en vitaminas del grupo B, que son esenciales para el correcto funcionamiento del cerebro, el sistema nervioso y la producción de energía en las células del cuerpo.
Lista de ingredientes
- Judías blancas
- Chorizo
- Morcilla
- Panceta
- Cebolla
- Pimiento rojo
- Ajo
- Tomate
- Sal
- Agua
Conclusión
En resumen, la fabada es un plato que, aunque no debería consumirse en exceso debido a su contenido calórico y graso, cuenta con propiedades nutricionales interesantes como su alto contenido en fibra, proteínas, hierro y vitaminas del grupo B. Además, su delicioso sabor y su importancia cultural en la gastronomía asturiana hacen que sea una opción interesante para degustar en alguna ocasión especial o en una visita turística a la región.